Emociones, grandes implicaciones y posible origen

Uno de mis más grandes intereses es lograr una comprensión profunda de la realidad, o al menos de sus aspectos más relevantes. Este es el principio de una serie de artículos en la que intentaría explicar lo que llamo "Intuiciones naturales de alta implicación". Básicamente son un conjunto de observaciones que hago sobre la realidad, que percibo constantemente en la misma, a veces bajo una multiplicidad de formas, y que me sirven para crear estrategias de vida y conductuales que mejoran enormemente mi eficacia y bienestar, y cuando no, todavía me dicen mucho sobre una naturaleza que muchas veces conviene conocer.

No puedo asegurar que tales observaciones sean especialmente originales, algunas podrían parecer obvias (tener en cuenta que entender algo fácilmente no es lo mismo que aplicarlo deliberada y sistemáticamente), otras podrían ser o parecerse a leyes científicas establecidas, otras podrían ser consecuencias o implicaciones de tales leyes y, quizás, una o dos sean "originales". No me preocupa, mi objetivo es ubicar las regularidades naturales más útiles y profundas.

Por otro lado, no estoy haciendo ninguna investigación para escribir todo esto, son cosas que percibo o están en mi cabeza, que anoto cuando se vuelven lo suficientemente "grandes" y que, eventualmente, vuelco en estos artículos en mis días libres; podría considerarse la evolución mental natural de todo lo que estudié, aprendí y observé.

Les ofrezco mi intuición #1, su porqué, cómo la uso o podrías usarla en la vida real y algunos pensamientos sobre el origen de las emociones.

Intuición #1: Emociones

Las emociones constituyen uno de los grandes motores del cerebro: superpotencian la generación de recuerdos, graban fuertemente las conductas y, probablemente, ayuden a mantener la salud del sistema nervioso en general.

Defensa y fundamento

Las emociones nunca fueron un tema que me interesara mucho, de hecho, una buena parte de mi vida me resultaron problemáticas, o sea, algo que me convenía mantener bajo control: "Si uno, en vez pensar en frío y moverse calculadamente, actuaba de manera emocional, entonces no tenía el control y era más fácil equivocarse". Además, al menos mientras crecí, no se solía esperar o aceptar que un hombre sea un derroche incontenible de emociones, lo que, como hombre, fácilmente te empuja a practicar cierto autocontrol. (Esto, tranquilamente, podría considerarse una hipótesis de por qué los hombres tienden a ser más insensibles que las mujeres: podría ser el resultado de someter continuamente las emociones).

Entonces es un tema al que termino llegando de manera indirecta, es adonde me empujó cierta curiosidad:

Desde bastante joven, me empecé a preguntar por qué no todos recordamos las mismas cosas, o por qué algunas cosas las recordamos mejor que a otras.

Entonces puse "play": cuando alguna cosa me empieza a "molestar", generalmente empiezo a desarrollar en mi mente alguna teoría que lo resuelva; mis fundamentos suelen ser el conocimiento científico que manejo y las observaciones que hago a partir de las experiencias afines que se me van presentando. Así, en algún punto, me empezó a parecer que tenía que ver con las emociones, que cuanto más emocional nos resultara un asunto, con más fuerza y facilidad lo recordaríamos.

No necesariamente sería toda la historia, probablemente haya que hablar del papel de la repetición y la atención (los movimientos físicos también ayudan a memorizar). La primera tiene su propio peso, más repito algo, más se graba y automatiza, la segunda sería prácticamente ineludible, si no estoy prestando atención a algo entonces está fuera de mi registro.

En cualquier caso, lo que yo destaco es la gran diferencia que producen en la capacidad de recordar y condicionar la conducta, como si todo lo que llegara a producir algún tipo de emoción —entusiasmo, tristeza, enojo, etc.— provocara una química que facilitara la grabación de las percepciones y pensamientos, y la conducta en general, que lo acompañan; de hecho, según entiendo, las emociones, además de tener su química distintiva, trabajan a una potencia neuronal superior, la actividad neuronal que las acompaña es más intensa, por lo que no debería resultar increíble la idea de que intensifiquen la memorización en general.

Así, ya que todos tenemos un conjunto de experiencias único, la emocionalidad varía de persona a persona y, ante una misma situación, cada uno recordaría las partes que más los hayan tocado emocionalmente, y lo mismo con respecto al mundo de cada persona: ¿qué se recuerda con más facilidad, los detalles de una conversación súper estimulante o emocionalmente cargada, o los de una conversación plana en automático? La primera suele terminar con repliques mentales que pueden durar hasta días, la segunda apenas deja rastro.

Por otro lado, la fuerte grabación de las conductas con grado emocional vendría de lo mismo si aceptamos que los estados emocionales generan una química corporal que pone a tope el sistema, y explicaría muchas cosas. Por ejemplo, en mi cabeza, esto me sirve para entender por qué a la gente suele costarle tanto cambiar o por qué la personalidad se asienta tan rápido y después cambia poco.

Pensando rápido, diría que la personalidad de alguien quedaría fuertemente determinada por sus expresiones emocionales más marcadas, por fuera de estos extremos somos todos más o menos iguales. Si aceptamos esto y las emociones nos tallan con tanta fuerza, entonces está clarísimo lo costoso que sería cambiar: las conductas que nos definen son las que con más fuerza se graban.

Con respecto a su posible relación con la salud del sistema nervioso, diría que, partiendo de los estímulos sensoriales y junto con los movimientos corporales, estructurarían el cerebro a nivel físico, estableciendo las rutas neuronales centrales con las que, como mínimo, nos mantenemos psicológicamente funcionales. Por poner un ejemplo, anular la conducta emocional empuja la mente a una especie de neutro generalizado, y desde ese lugar la toma de decisiones y la capacidad de pensar en general se ven fuertemente obstaculizadas.

Incluso arriesgaría que ayudan a mantener la salud en general, cada vez está más claro su efecto antiestrés: quizás la intensidad neuronal que las acompaña ayuda a disolverlo.

Aplicaciones prácticas

Desemocionalizar

En virtud de esta intuición creé una especie de mecanismo de defensa impresionantemente efectivo que llamo desemocionalizar.

Básicamente consiste en simular que no me interesan las cosas que me molestan, o preocupan, contra las que no puedo hacer nada, y la lógica que la originó fue más o menos esta: si las emociones estimulan tanto la memoria, desactivarlas para situaciones molestas específicas que no puedo cambiar podría atenuar el disgusto que me producen. Pero su resultado fue mucho más grande, no solo me permite atenuar el disgusto de lo que me molesta, me permite asimilarlo completamente como si fuera nada, lo dispersa en lo que mi mente consideraría "ruido natural de fondo no importante".

Según el objetivo que le pongas, puede llevarle un tiempo considerable dar resultado, pero es muy eficaz y de buena velocidad general.

En la práctica, se ve más o menos así:

Primero hay que lograr dejar de repetir los patrones emocionales negativos relativos a la situación objetivo, o sea, dejar de validar y desarrollar estados de enojo y frustración cuando esta se produce, y segundo, simplemente darle tiempo: ya que lo que se deja de repetir se va diluyendo, eventualmente la emocionalidad que queremos apagar cae lo suficiente como para poder asimilar lo que molestaba: le dejamos de prestar atención, apenas lo sentimos. (No siempre es fácil apartar el enojo o la frustración. A veces, la mente cae continuamente en los pensamientos cargados emocionalmente, sobre todo cuando no hay nada interesante a mano para distraerse. Para superar estos casos suelo usar algunos trucos, digamos. Antes que resistirlos, puede ser mejor ponerse en plan de espectador de estos pensamientos, como si los vieras venir e irse sin involucrarte, casi como si no te pertenecieran; también, según tenga sentido, tiendo a recordarme que puedo elegir en qué pensar y que la mente y el cuerpo se pueden acostumbrar a prácticamente lo que sea).

Aplicar esta estrategia me permitió mudar a ruido de fondo cosas "tontas" como el carnaval de las goteras de mi pieza a la hora de dormir o los ladridos de los 300 perros de mi cuadra mientras intentaba pensar y resolver los problemas teóricos más duros, pero también fue una muy esperada solución rápida y definitiva a cierto problema de insomnio persistente que tuve hace algunos años.

Comprender mejor a los demás

Entender la fuerza de las emociones en nuestro sistema de memoria y conducta me ayuda a conocer y entender mejor a los demás.

Los lugares comunes de las personas son los más emocionales, su conducta cae a ellos, no lo pueden evitar; las conductas aparentemente desconectadas que a veces tienen las personas vienen de estos lugares.

Las conductas emocionales suelen estar tan reforzadas que prácticamente se ejecutan en automático. Al relacionarte con los demás, y para con ellos, tener en cuenta esto te puede permitir tener algo más de paciencia y ayudarte a nivelar ciertas expectativas, o podría hacerte más inteligente para entender cuándo realmente se justificarían (hay conductas que podrían estar tan reforzadas que serían humanamente incorregibles; probablemente querrías alejarte lo antes posible de las personas que no tuvieran la más mínima chance de funcionar con tu personalidad y necesidades).

Salud

Aunque relajarme emocionalmente sigue sin resultarme la idea más cómoda del mundo, ya a luz de esta intuición, las experimento con más aceptación. Sé que me desestresan y que aumentan mis capacidades mentales, y todo esto suena demasiado conveniente como para simplemente ignorarlo.

Pero... ¿de dónde vienen?

Como no podía ser de otra manera, después me empecé a preguntar de dónde vienen. Una vez que existen afectan todo con lo que se mezclan, ¿pero en dónde empiezan?

Empecé imaginando que podrían iniciar en las sensaciones de placer y dolor provenientes del tacto y que, desde ahí, se irían mezclando con el resto de las experiencias sensoriales y mentales que acompañan tales sensaciones de placer o dolor. Algo así como "Si, repetidamente, alguien, previo a golpearme, me gritara, como el dolor físico sería inmediatamente posterior a los gritos, ambas memorias se grabarían más o menos juntas y finalmente todo lo que se parezca a tales gritos terminaría por activar las estructuras neurales relativas al dolor físico de los golpes y esto se sentiría como algún tipo de emoción negativa hacia los gritos".

Creo que esto realmente pasa, ya se sabe que el malestar psicológico activa las estructuras del dolor, además de que, ya que las neuronas se organizan en redes y trabajan con cierto tipo de electricidad, resulta bastante razonable asumir que todo lo que está conectado tiene cierta chance de activar lo que lo rodea; pero hace poco vi un documental sobre los sentidos que me hizo expandir esta idea.

La entrada que produce placer o dolor significativos puede ser TODA la experiencia sensorial, y no solo la del tacto. No tardé demasiado en notar que esto tiene mucho sentido, al escuchar música no hay lo que consideraríamos tacto y ciertamente nos puede hacer sentir increíble.

Entonces mi conclusión es que ciertas entradas sensoriales simplemente se sienten bien o mal, que estas se van mezclando con el contexto que las acompaña, que posteriormente el contexto puede activar las experiencias de placer o dolor asociadas y que, finalmente, tales experiencias "vacías" es lo que sentimos como emociones.

(Si lo pienso... en escuchar hay tacto, los oídos están bañados en aire, y es su vibración, las variaciones de presión con la que nos toca, lo que nos lleva a escuchar; en el olfato hay tacto, la experiencia es el resultado del contacto entre partículas aromáticas y las células olfativas; en el gusto está claro que hay tacto; ¿y en la visión?, se supone que los fotones no tienen masa, así que o empiezo a inventar o me retiro con dignidad... tal vez podría decir que el tacto en realidad no existe y que, al final, solo experimentamos la repulsión eléctrica entre nuestro cuerpo y lo demás, pero no lo voy a decir 😐).

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